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2016(…no todo van a ser pájaros y flores…)
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201617
201613
2016por Fernando Goñi Etchevers
Fotos cogidas de por ahí
Estupenda serie de sueltos de los que publicamos unos pocos escogidos al azar
…solo le dije que si hacíamos el pino…
…(un rato)…
…adios…
…solo le pregunté si se desataba alguna vez…
era tan extraordinariamente prudente…
…yo solo le dije que no se fuera por las ramas…
…solo le pregunté si podía entrevistarle…
…siempre me gustó entrever…
…y entrevistar o entreavistar…
…yo solo le dije que aquella silla le sentaba muy bien…
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2016La niña de la estrella | Capítulo II
Ignacio Iglesias
Texto completo en http://ignacioiglesias.es/pdf/literatura/La_ninia_de_la_estrella.pdf »
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09
2016
Arrasada por el oleaje
anido en esta incierta playa.
Sólo piedra soy,
el canto mineral
de un recóndito viaje.
Carme Bagaria
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06
2016
Inauguramos en el blog nuestra sección de Literatura con este bello relato de María Belén Mateos Galán, hermosa dama y mejor persona 🙂
Ensueño de una noche de Reyes
…Y la estrella atravesó la ventana y los cristales –que cada noche lucían tras apagarse la luz de las habitaciones–. Destellos de plasma, rebosantes de gravedad y materia, iluminaban la estancia: las miradas de todos los que, acostados, deseábamos un nuevo día… sembrado de gratas noticias.
Bajo la almohada escondíamos pequeños retazos de papel, trazados de anhelos y dibujados de ansia, con colores verdes, azules y rojos. Bocetos imposibles que silenciaban un sentimiento y una esperanza.
Con los ojos entreabiertos, con el alma entre el sueño y el desvelo, observábamos la puerta entreabierta.
Y escuchábamos –sin oírlo– el silencio, suspirando y codiciando un leve ruido que nos impulsara a levantarnos, y curiosear en el salón común del orfanato… donde el árbol navideño seguía iluminando cada instante de aquellos días.
La espera se mostraba eterna, como todo tiempo en la inocencia y en la juventud, que cada segundo es un minuto, y cada minuto una hora entera… y cada hora un instante de eternidad.
La chimenea humeaba un fuego cálido y acogedor; el comedor se quedaba sembrado de restos de chocolate, mazapán y turrón; la cocina sembrada de platos y cacerolas rebosantes de risas y cantos. Un idílico paisaje de navidad y encanto, donde nuestros corazones latían y nuestras almas infantiles soñaban.
El alba tardó en llegar y tras las rendijas de la celosía el sol se hizo pronunciar. Los bostezos se mezclaron con las legañas, y éstas con las ilusiones de un nuevo amanecer nevado. Veinte escaleras nos separan de un pasado y veinte de un futuro disfrazado de corazón, en forma de visitas afanosas de protección.
Han pasado cinco años y aún siento ese rayo de esperanza que se filtró entre las rendijas de la persiana, inundando cada lecho de mis compañeros, cada instante una ilusión y cada momento una esperanza.
La vida fue agradecida con quien sin saberlo todo era soledad y ora dicha llena de felicidad.
3 de enero de 2016
María Belén mateos Galán