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2016Cuento de Regalo de Reyes 2016
Inauguramos en el blog nuestra sección de Literatura con este bello relato de María Belén Mateos Galán, hermosa dama y mejor persona 🙂
Ensueño de una noche de Reyes
…Y la estrella atravesó la ventana y los cristales –que cada noche lucían tras apagarse la luz de las habitaciones–. Destellos de plasma, rebosantes de gravedad y materia, iluminaban la estancia: las miradas de todos los que, acostados, deseábamos un nuevo día… sembrado de gratas noticias.
Bajo la almohada escondíamos pequeños retazos de papel, trazados de anhelos y dibujados de ansia, con colores verdes, azules y rojos. Bocetos imposibles que silenciaban un sentimiento y una esperanza.
Con los ojos entreabiertos, con el alma entre el sueño y el desvelo, observábamos la puerta entreabierta.
Y escuchábamos –sin oírlo– el silencio, suspirando y codiciando un leve ruido que nos impulsara a levantarnos, y curiosear en el salón común del orfanato… donde el árbol navideño seguía iluminando cada instante de aquellos días.
La espera se mostraba eterna, como todo tiempo en la inocencia y en la juventud, que cada segundo es un minuto, y cada minuto una hora entera… y cada hora un instante de eternidad.
La chimenea humeaba un fuego cálido y acogedor; el comedor se quedaba sembrado de restos de chocolate, mazapán y turrón; la cocina sembrada de platos y cacerolas rebosantes de risas y cantos. Un idílico paisaje de navidad y encanto, donde nuestros corazones latían y nuestras almas infantiles soñaban.
El alba tardó en llegar y tras las rendijas de la celosía el sol se hizo pronunciar. Los bostezos se mezclaron con las legañas, y éstas con las ilusiones de un nuevo amanecer nevado. Veinte escaleras nos separan de un pasado y veinte de un futuro disfrazado de corazón, en forma de visitas afanosas de protección.
Han pasado cinco años y aún siento ese rayo de esperanza que se filtró entre las rendijas de la persiana, inundando cada lecho de mis compañeros, cada instante una ilusión y cada momento una esperanza.
La vida fue agradecida con quien sin saberlo todo era soledad y ora dicha llena de felicidad.
3 de enero de 2016
María Belén mateos Galán